48 horas en Jerusalén
Jerusalén para los cristianos, Yerushalayim para los judíos y Al Quds para los árabes. Para todos, esta ciudad por cuyos barrios se superponen y enredan los rastros de las principales religiones monoteístas del mundo es santa. Y, sin embargo, resulta paradójico que una ciudad tan espiritual cuyo nombre deriva de yerush, que significa casa, y shalom, que es paz, sea a la vez protagonista de tantas confrontaciones a lo largo de su dilatada historia.
hoy vengo a recomendarte sitios y lugares que visitar para una estancia completa y satisfactoria. Espero que les guste
como lo mas probable es que su llegada sea mas bien por la tarde que mejor lugar que el Monte de los Olivos, que alberga un cementerio judío y regala una de las mejores fotografías de la ciudad, mucho más aún al atardecer. Desde este punto se distingue la Ciudad Vieja ceñida por murallas y con un brillo que deslumbra, el dorado de la Cúpula de la Roca. En el mismo monte está la basílica de Getsemaní, junto al huerto de los Olivos, en cuyo interior se custodia la roca en la que, según la tradición, Jesús oró la noche de su arresto, después de celebrar la Última Cena. Antes de descender del monte, otra parada, la iglesia donde la tradición ortodoxa sitúa la tumba de María, madre de Jesucristo.
SÁBADO
Mejor levantarse pronto para empezar a descubrir la esencia de Jerusalén, que guarda tras sus murallas. Cruzarlas implica estar preparados para disfrutar y entender una ciudad intensa que es capaz de seducir, fascinar y enloquecer de la misma manera, tan compleja como es. En la Ciudad Vieja se concentran los lugares más sagrados para las tres religiones y para acceder a ella hay ocho puertas; las más importantes son las de Jaffa, junto a la que se encuentra la Torre de David, y la de Damasco, que da acceso al barrio musulmán. Porque Jerusalén encierra tras sus muros cuatro barrios: cristiano, musulmán, judío y armenio. Accediendo por esta segunda, y tras dejar atrás el bullicio del mercado árabe que huele a incienso y especias y en cuyos cafés se fuma en pipa de agua, aparece sin mucho preámbulo la Vía Dolorosa, que, a través de las catorce estaciones que marcan el ascenso de Jesús a la cruz y cada día recrean miles de peregrinos de todo el mundo, incluso con la cruz a cuestas, culmina en la iglesia del Santo Sepulcro, erigida en el lugar llamado Gólgota, en el que fue crucificado, sepultado y después resucitó. Una visita a su interior, cuyas capillas y rincones están custodiados por diferentes confesiones, permite admirar la capilla de la Crucifixión, la del Calvario, la piedra de la Unción y el centro del templo, el Edículo, la pequeña cámara funeraria en la que se cree fue enterrado Jesús.
No lejos de allí, los judíos ortodoxos y ultraortodoxos oran y dejan sus deseos escritos entre las piedras del Muro de las Lamentaciones, el último vestigio del mítico Templo construido por el rey Salomón, hijo del rey David, destinado a contener el Arca de la Alianza y las Leyes que Yahvé otorgó a Moisés. El Muro preside una gran plaza, como una sinagoga al aire libre, donde los hombres rezan a un lado, con la cabeza cubierta, y las mujeres a otro, especialmente en sabbat, el día sagrado de la semana, que empieza el viernes a la caída del sol.
El recorrido por la Ciudad Vieja puede remartarse caminando por El Cardo, la antigua vía romana y bizantina que sacaron a flote las excavaciones y los barrios musulmán, armenio, judío y cristiano, antes de salir por la puerta de Jaffa. Difícil será que dé tiempo a más un sábado tan intenso en sensaciones, pero si es así hay muchos otros escenarios bíblicos para descubrir en Jerusalén, como el Cenáculo, el lugar donde se sitúa la Última Cena de Jesús con sus discípulos y en cuya planta baja está la tumba del rey David, o la iglesia de San Pedro in Gallicantu, un santuario bizantino levantado en la ladera oriental del monte Sion dedicado al arrepentimiento de Pedro, tras negar tres veces a Jesús. O la abadía de Hagia Maria, el lugar en el que, según la tradición, tuvo lugar la Dormición de la Virgen María, junto a la puerta de Sion.
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